Uno de los veintidós vídeos que conforman el Cuaderno de Concepción nº 9. Alguien deja rodar una lata por una pendiente a altas horas de la madrugada, lo que provoca el estridente ruido que, como ya se había prometido, “despierta al pueblo”. Lo que parecía una fórmula mágica para iniciar revoluciones, acaba siendo un sencillo y eficiente mecanismo que solo sirve para molestar.

Un tigre de juguete, dos tigres que también son unas zapatillas, un gatito al que le pasa lo mismo… Leche de verdad y chinchetas de verdad para los tigres y los gatitos. Parte del proyecto Cuaderno de Concepción nº 9, esta enigmática obra establece un paralelismo entre lo salvaje y lo doméstico que, desde una estética infantil y perversa a partes iguales, nos hace testigos de los recovecos más siniestros de la vida cotidiana. “Y las chinchetas que me das para merendar han acabado por gustarme”.

Una voz en off enumera todas esas cosas que piensa levantar: las piedras, los bosques, el mundo, las estrellas… Cuando por fin ha terminado, cuando ha conseguido imaginarlo todo sobre su cabeza, se hace consciente de su propio fracaso, de lo imposible de su agencia y deja caer los brazos. La metáfora del Levantador de peso que fracasa sugiere la idea de una carga inabarcable, de un Atlas todopoderoso que, intentando sostener un canon fuera de la realidad, muere aplastado por sus propias fantasías.